
Causas y Tratamiento
Las causas
Cuando se observan las similitudes que pueden tener los pacientes con fisura labio palatina, se llega a la conclusión que existen causas muy amplias y multitud de factores que pueden influir.
Epidemiología fisura labio palatina
- 30% de los casos son sindrómicos: están determinadas algunas alteraciones genéticas en el contexto de síndromes importantes.
- 70% de los casos son no sindrómicos: se trata de fisuras aisladas donde el origen es heterogéneo, multifactorial y/o esporádico.
Entre estas dos condiciones podemos encontrar las secuencias malformativas como la secuencia de Pierre Robin.

En el caso concreto de ésta, las personas afectadas comparten algunos rasgos como, por ejemplo, una mandíbula más pequeña. Se ha identificado una secuencia de eventos que provocan estos rasgos característicos en los pacientes. Se desconoce el origen pero se barajan dos hipótesis:
- La mandíbula es muy pequeña, la lengua no tiene suficiente espacio y no deja que la fisura palatina se cierre.
- La lengua es muy grande, no tiene suficiente espacio, con lo cual bloquea la mandíbula y no deja que baje.
Volviendo a la epidemiología de la fisura labiopalatina, existen factores genéticos y estos, a la vez, pueden actuar con factores ambientales. Cuando se buscan similitudes en los factores ambientales, entre los pacientes no sindrómicos se encuentran casos de gran contaminación en el agua o en el suelo, madres en tratamiento contra la epilepsia, madres con hábitos tóxicos... Sabemos que existe una susceptibilidad genética a diversos factores ambientales, pero no sabemos cuál.
El tratamiento
Existen diferencias en el protocolo de tratamiento, dependiendo del equipo médico que nos atienda. De todas formas, podemos hablar de unas etapas de tratamiento:








Tratamiento (prenatal) a la familia una vez se conoce el diagnóstico.
Sirve para preparar al ámbito familiar y dar soporte psicológico y emocional. También se ofrece información sobre la futura alimentación y una explicación del tratamiento que se va a seguir.
En el nacimiento
Una vez se ha producido el nacimiento se realiza la valoración del bebé por pediatría. Se realizan ecografías transfontanelar, torácica y abdominal.
En esta etapa, se realizan diversas acciones: ortopedia prequirúrgica (en los centros en los que se usa) que es el proceso de adaptación a la alimentación con la placa. En el caso que no se use ortopedia, se hace una valoración por parte del equipo de lactancia y alimentación. También se enseñan a la familia las técnicas para alimentar al bebé.
Desde el nacimiento hasta la primera cirugía
Seguimiento periódico del bebé según el tipo de tratamiento, que será más o menos frecuente.
Cirugías
Labio: entre los 3 y los 9 meses, dependiendo del protocolo del equipo que lo trate.
Paladar: entre los 10 y los 20 meses se opera el paladar blando. Es posible que en este momento se opera el paladar duro o no (dependiendo de lo ancha que sea la fisura). En el caso que no se opere en ese momento, se cerrará más adelante (hasta los 5 años).
Anteriormente se operaba más tarde el paladar duro porque se creía que no tenía repercusión en el habla. Actualmente sabemos que sí la tiene por el paso de aire boca-nariz que puede generar dificultad en la ejecución de algunos fonemas.
Valoración del habla
Entre los 3 y los 5 años se hace una valoración del habla con foniatría. En ese momento se indica si es necesario proceder al alargamiento del paladar. También se valora cómo se siente el niño con su rostro y se pueden hacer los ajustes estéticos que no fueron corregidos en las cirugías anteriores.
Inicio del tratamiento ortopédico
El inicio del tratamiento ortopédico (si es necesario) se realiza hacia los 5 años de edad. Hay que tener presentes las visitas periódicas con odontopediatría desde el primer diente. Debemos cepillar desde el primer diente por el elevado riesgo de caries, especialmente en niños con fisura labiopalatina.
Tienen un mayor riesgo por el tipo de respiración, la comunicación nariz-boca, el tipo de bacterias…Es muy importante conservar los dientes porque es muy probable que necesiten ortodoncia.
Valoración del colmillo
Alrededor de los 9 años se valora si hay hueso para que salga su colmillo. Se programa una radiografía (ortopanto) para ver por dónde está ubicado su colmillo y si hace falta un injerto de hueso. Este injerto también ayuda a estabilizar la arcada dental. Una vez hecho el injerto, el colmillo ya puede erupcionar correctamente.
Valoración de la mordida
En la adolescencia el paciente ya estará en tratamiento de ortodoncia. En este momento se valorará la mordida. Si es necesario se puede corregir quirúrgicamente, reposicionando los huesos maxilares. Esta cirugía se realiza cuando el niño ha completado su crecimiento. También es momento de hacer algún retoque estético si fuese necesario.